Supimos de esto en diciembre. Pero estaba lejos. Por lo menos desde aquí se veía que estaba lejos. Desde República Dominicana, esto se veía literalmente al otro lado del mundo. Ya hemos visto otras cosas como SARS e la Influenza Aviar que nunca llegaron por estas playas. Pero este llegó, y nos agarró a todos literalmente con los pantalones abajo.
Hoy tuve un live super interesante con @gabrielmontieltoro de @spatiumRD, @spatiumpanama y @spatiumworld.
Este caso es de la vida real. En realidad escribiré sobre dos, pero la primera pasó el 3 de agosto, 2018 aquí en la República Dominicana. Me imagino que ya sabes que WhatsApp es una fuente de memes, chistes, noticias, chismes y muchísimas otras cosas más. Pues resulta ser que ese día recibí lo que bauticé (digo yo) como Bullying corporativo o Bullying entre marcas. Esto fue lo que sucedió…
Cuando hago mis clases siempre cuento una anécdota. Es cuando mi Samsung S5 decidió un día que ya…era suficiente. Que ya no daba más. Este amo negrero (o sea yo) ya era too much para él y decidió hacerse un harakiri digital, una puesta voluntaria de pijama de madera que se tradujo en una falla de litio. Literalmente hablando. Te explico más…
A mí me pasó muchísimo cuando trabajaba para el Citibank en Santiago, Chile en el 1996. Y cualquier persona que haya atendido clientes va a entender lo que significa la siguiente frase. “Yo te pago el sueldo, yo tengo la razón, ¿ves?”. Normalmente va acompañado con una mirada de ¿entendiste? y un movimiento de cabeza que implica “mueve el culo y apúrate esclavo”. En un mundo donde hay tanto hincapié en ser líder, único y original complementando este hecho con la frase de “el cliente siempre tiene la razón”, nos encontramos en un mundo donde las personas no saben pedir las cosas y donde hay personas patudas que se toman atribuciones de más (¿pero esos siempre han existido cierto?… siempre hay un desubicado suelto). En cuanto mezclas esta situación con el poder de las Redes Sociales, tienes la fórmula para un cóctel Molotov Digital que te puede dejar más saltón que pulga con hipo, como pasó en el caso que explicaré más abajo…