Un post a prueba de liós nivel @badbunnypr y @daddyyankee ??… Aquí un listado de preguntas que los #INFLUENCERS deben hacerles a las marcas que quieran contratarlos para campañas de #InfluencerMarketing. Estas preguntas ayudan que no tú influencer… no te conviertas en un #sinvergüencer. (por todo el lío de las boletas falsas y todo eso…) Listado de preguntas que debería hacer el…
Tema sacado del episodio 1 temporada 2 del #DesdeElPiso11 ? de @marolaguerrero de @yomeamo.oficial donde explicó la máxima «El Celebrity no responde».
No, no me refiero a que tenga otro cliente sin que lo sepas. Me refiero a si ha comprado seguidores falsos y te está mintiendo a la cara con la supuesta influencia que tiene. Una de las cosas buenas que ha salido de la BuzzWeb-Gate (escribí sobre este mini-escándalo en República Dominicana en LinkedIn) es que ahora las marcas pueden investigar sus influenciadores antes de contratarlos. Eso significa que estamos viviendo “más allá del brief”. Aquí te voy a explicar como usar BuzzWeb para ver si tu influencer favorito es fiel a lo que te está vendiendo…
Influencer: Actualmente utilizada para referirse a la (o las) personas contratadas para hacer “influencia” en Redes Sociales. Incluye: fotos muuuy casuales con un “sutil” product placement, fotos con pico (o labios para nuestro lectores chilenos) de pato, hashtags como #graciasalavida, #bendecidayafortunada, cientos de productos (celulares, tragos, comida, maquillaje, ropa, viajes, experiencias) gratis para probar y promocionar; fotos en lugares lujosos como yates en la mitad del Mediterráneo y que todo lo que pueda implicar monetizar el hecho de que su vida es (o al parecer es) mucho mejor que la tuya o la mía. En pocas palabras, como diría Gaby Castellanos, una Kim Kardashian wannabe. En su conferencia “La Influencia: Vloggers, YouTubers, Influencers y otras especies digitales” ella agarró esta percepción de definición de buena y válida y como Dexter lo agarró y empezó a cortarlo pedacito a pedacito hasta llegar al hueso del asunto…
Cuando yo trabajaba en el Citibank en el año 1996 en Santiago de Chile, teníamos un dicho «hay que ponerse la camiseta» con la empresa. Esto significaba que había que trabajar duro, trabajar enfocado, producir dinero, pero para mí también significaba que yo tenía que representar la empresa, ser la empresa, ser la cara del banco ante el cliente. Ser un embajador, tratar lo mejor que pueda al cliente y que tu nombre y del banco sean uno. Hoy en día, las cosas han cambiado, pero no tanto. Lo que pasa es que la influencia ya toma otra forma.