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«Fakevergüencer»: Dícese primo hermano del «Sinvergüencer», pariente lejano del Influencer y del Micro-Influencer unidos unilateralmente sólo por plataforma digital.

Se dice “Fake” porque es más falso que el mail que manda tu mamá “si reenvías esto a 1,258 amigos, algo bueno te ocurrirá en 2 hrs. con 3 minutos y 17 segundos”.

Tiene elementos del Sinvergüencer como veremos a continuación, pero lo lleva a un siguiente nivel, todo en el nombre de los Dioses Inspiracionales del Instagram:

• Fotos con Photoshop excesivo (el caso de la influencer Johanna Olson).

• Cantidad de seguidores inflados (típico… ¿sabías que por US$64.95 te compras 10,000 seguidores en Instagram?).
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• El típico “para todas las personas que me han preguntado…” (de cada 10 que dicen eso 11 son mentira).

• Posts que huelen a patrocinados, pero en realidad no lo son. Ropas, maquillaje y comida.

fakevergüencer sinvergüencer

Para la persona que sigue la cuenta, las cosas se pueden volver confusas bien rápidamente. Muchos #influencers etiquetan las marcas que están usando en las fotos, independiente si lo compraron o fueron regalados o si en verdad son parte de una campaña.

Dan las gracias y recomiendan productos y servicios para que creas que fue patrocinado, pero en realidad lo compraron ellos mismos y lo postean de esa forma buscando “sponsors”.

Esto significa que puede ser casi imposible para las personas que siguen una cuenta saber si un #influenciador realmente ama un producto, se le paga para hablar sobre él o simplemente quiere que se le pague para hablar acerca de eso.

En fin, es como cuando te dicen “no escuché el teléfono, lo tenía en silencio”.

Ya no sabes si es verdad o no…

¿Qué más hacen los Fakevergüencers? Deja tu comentario. ?

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