Un post a prueba de liós nivel @badbunnypr y @daddyyankee ??… Aquí un listado de preguntas que los #INFLUENCERS deben hacerles a las marcas que quieran contratarlos para campañas de #InfluencerMarketing. Estas preguntas ayudan que no tú influencer… no te conviertas en un #sinvergüencer. (por todo el lío de las boletas falsas y todo eso…) Listado de preguntas que debería hacer el…
El otro día hice esta pregunta… “Si tu jefe te solicita seguirte en alguna red social, ¿Qué le dirías?” Recibí muchísimas respuestas diferentes. Había personas que definitivamente le dicen que no… hay otras que decían que obligados le dicen que sí y hay otros que lo hacen de mil amores porque tienen una relación super buena con su jefe. Con tantas respuestas…
Cuando hago mis clases siempre cuento una anécdota. Es cuando mi Samsung S5 decidió un día que ya…era suficiente. Que ya no daba más. Este amo negrero (o sea yo) ya era too much para él y decidió hacerse un harakiri digital, una puesta voluntaria de pijama de madera que se tradujo en una falla de litio. Literalmente hablando. Te explico más…
He visto como de pronto ha empezado un cierto “boom” de muchas personas queriendo estar en Redes Sociales. Solo falta abrir el Instagram en épocas como Semana Santa donde hay alcohol para bañar burros y yeguas y de pronto te encuentras con un anuncio de algo o de alguien que te hace decir “¿qué estaba pensando este tipo en promocionar ese post?” El ejemplo del tipo (que después supe que era un cantante de mariachis local) promocionando su post con torso semidesnudo deseando a todas sus fans un feliz Viernes Santo. Cuando fui a su cuenta (sí, porque tuve que ir a su cuenta, me di cuenta que tenía unos 300 seguidores). Y aunque el tamaño no es “taaaan” importante en Redes Sociales, lo que si es que no le vi el contexto de la publicidad. Obvio, porque yo no era el mercado. Por eso menciono el alcohol, de pronto los tragos de más le hizo parecer una buena idea el hecho de hacerle caso al botoncito que te ponen debajo de tu post que dice “promocionar”.
Una persona súper cercana me envía lo siguiente por Whatsapp: “Familia me está comentado mi amiga Mariela de Vargas, que llegó un cargamento de arroz y que no pasó las normas de Sanidad porque trae un virus que sólo se ve en Pakistán. El arroz es de allá y el árabe pago y soborno para que le sacaran la mercancía y ya la distribuyeron a la colectividad. El arroz se llama «Dana» y el empaque es azul y dice hecho en Pakistán. Que por favor no lo vayan a comprar está muy contaminado”. Yo le pregunto si ella conoce a la Mariela de Vargas, ella me responde “no la conozco”. Entonces, ¿por qué reenvías este mensaje? “Por si acaso”, me responde. La verdad es que si antes había que no creer todo lo que uno escuchaba, hoy si es que hay que dividir todo por 4 antes de empezar a creer. Lo que pasa es que no se puede creer todo lo que lees o puedas ver por Internet. Empezando por el tráfico y los fans de ciertas marcas.
Oye, la vida sí se ha complicado. Ahora de viejo hay que pensar en seguro de vida, y si eres ya muy proactivo, arreglos tipo “últimos gastos”. Suena tétrico pero es cierto. De hecho, las empresas que ofrecen esos tipos de coberturas te invitan por teléfono para que vayas a un cóctel donde amablemente un desconocido, que visiblemente trabaja por comisión, te hablará en tu cara de tus últimas horas en la tierra y la buena idea de invertir en un pedazo de tierra para que toda tu familia te visite siempre (lo cual casi nunca pasa). Así que siguiendo con el tema de los periódicos que no circulan los domingos por “cultura digital de los consumidores” (mentira, es que no tienen pauta), al parecer las redes sociales están ofreciendo soluciones para que tú puedas vivir para siempre. Siempre presente, siempre digital, incluso puedes designar un “Community Manager Post Mortem” (hey, ahí hay un negocio en potencia). Y dice así: