El próximo 22 de septiembre del 2015 se cumplen 17 años del famoso huracán Georges y del maremoto que “sucedió” después. Yo me acuerdo clarito pues fue mi primer huracán (espero que también sea el último) y a la misma vez fue mi primer roce con la velocidad del nunca bien ponderado “Radio Bemba” local. Era el año 1998. Yo estaba recién llegado de Chile, todavía olía al avión y aún tenía un poco de pastel de choclo detrás de las orejas.
Me acuerdo clarito que ese día me levanté y fui a mi trabajo que quedaba en el Edifico Gubernamental (el famoso Huacal). Después de pasar por el vía crucis de la época para subir a mi piso (experiencia digna de otro post completamente diferente), me recibieron con esta pregunta
-“¿Cómo te fue anoche?”
-“¿Cómo que cómo me fue anoche?”, respondí.
-“Con el maremoto”
-“¿Con el maremoto? ¿Cuál maremoto? ¿Y a qué hora tembló?”
-“Tu ve´ fulana, (dijo el tipo)… ¡“ete” tipo sabe!”
Ahí me enteré que a la mayoría del personal de la oficina después de las 12 de la medianoche recibió llamadas de familiares y amigos diciendo que venía un maremoto en camino, que había arrasado con Puerto Rico y que había miles de muertos y que había que salir de la ciudad. Cuando escucho los cuentos de esa noche, no sé si reír o empezar a llorar.
A mi casa, no llamaron. Si en realidad hubiera sucedido un maremoto, creo que nos hubiéramos ahogado toditos, (cosa que me pone muy chivo fíjate). Pero el resto de mi familia no tuvo la misma suerte. Incluso, algunos agarraron un chin de ropa, el perro y se montaron en el carro. ¿A dónde? ¿Pues a donde más? ¡Al mirador! El lugar más alto que se puede llegar rápidamente dentro del polígono central de Santo Domingo, el mejor lugar para ver desde la primera fila como esa gran ola de agua iba a destruir la ciudad.
Con el tiempo empecé a preguntarme, ¿cuáles fueron las razones de esta histeria colectiva? Nadie bien sabe. Hay algunas teorías (un poco o más locas que el mismo “maremoto”). De una que me acuerdo súper bien fue alguien que me dijo que el cuento empezó en el Cibao porque una banda de ladrones quiso empezar el rumor para así entrar a robar casas.
Hoy, 17 años después, me hice esta pregunta ¿Qué pasaría si el maremoto fuera hoy? Hoy, en el 2015, con internet móvil a todo dar. Redes Sociales por un tubo y miles de personas conectadas a través de plataformas tecnológicas. Y llegue a una conclusión, pero primero hagamos un resumen de lo que había y no había en 1998.
- Existía Internet 14.4bps. ¿Se acuerdan del fax/modem? El último grito de la tecnología. Me acuerdo que una canción en Napster duraba como 30 minutos en bajar. Sin contar las veces que se caía la conexión porque entraba una llamada. Grrrrr…
- No habían Redes Sociales. No existía Facebook ni Twitter. Pero sí “Radio Bemba” que a veces es mucho más efectivo.
- Comunicación persona a persona fue la fuente primaria de información. No hubo una difusión masiva de la historia. Fue contada de persona a persona. WOM (Word of Mouth) Marketing en su mejor nivel.
- El teléfono fijo fue la herramienta de propagación de la información. El celular empezaba a tímidamente asomarse de nuestros bolsillos.
- La hora no fue impedimento para la propagación de la información. Cuando hay que apretar cachete, hay que apretar cachete (correr). Más encima si se toman la molestia de llamarte y despertarte.
- La comunicación del evento duró alrededor de unas 4 horas. Toda una ciudad (menos mi casa y algunas otras) se enteró de la historia en más o menos ese tiempo.
¿Y si hubiera sido hoy (2015) el evento? ¿Qué hubiera pasado? Tomamos en cuenta los siguientes puntos:
- Internet Fibra Óptica. Hoy sufrimos de ser uno de los países mejor interconectados del hemisferio. Con una penetración envidiable de móviles y de conexión de Internet.
- Existencia de Redes Sociales. Vivimos pendientes de nuestro Instagram y Facebook. Imagínense que me he encontrado con personas que aún tienen su perfil abierto y activo de HI5. (aydiomio)…
- Comunicación digital sería fuente primaria de información. Como nadie hoy en día te llama sino te manda un Whatsapp, la transmisión del “evento” no sería por voz, sino por mensaje instantáneo… creo. Aún tengo fe en la raza humana que gastaría sus 5 pesos el minuto (en promedio) para decirte que vas a morir en los próximos 60 minutos a menos que agarres “to´ tu vaina y te mande juyendo al monte”.
- El celular sería la herramienta de propagación de la información. El teléfono fijo en mi casa se ha convertido prácticamente en una pieza de museo.
- La hora no sería impedimento para informar. Creo que este punto no cambiaría porque hay muchísimas personas online haciendo absolutamente nada en Internet y Redes Sociales a altas horas en la noche… y con lo rico que es dormir.
- La propagación será mucho más rápida, posiblemente dos o tres veces más rápido. Nada corre más rápido que… (me acordé del chiste de las dos monjas que notan que un hombre los va siguiendo por la calle en altas horas de la noche, ellas al darse cuenta de esto se separan y salen corriendo, el hombre le cae atrás a una de las dos monjas y cuando se vuelven a juntar las monjas después de un rato, una le pregunta a la otra que como le había ido en la huida, la monja le contesta:
-“Pues él me alcanzó así que me subí la falda. Y después él se bajó los pantalones”…
-¿”Y porque usted hizo eso”? Preguntó la otra monja.
–“Recuerda que una monja con el vestido levantado corre más rápido que un hombre con los pantalones abajo”…
En fin… =) la noticia correría más rápido que una monja con el vestido levantado. =)
Así que poniendo todo en perspectiva, creo que la cosa sucedería de la siguiente manera. Todo empezaría cerca de la medianoche.
- Primero, creo que la gente leerá el tweet sobre el temblor. Se re-activan los siguientes hashtags: #temblor #SismoRD #ElJuidero #Tsunami y #Sunami (la efectividad de éste último hashtag se pierde ya que se confunde con el jabón para lavar la ropa).
- La gente “salta de plataforma” y tienen el primer impulso de postear en Facebook, pero después se da cuenta que la información no se propaga tan rápidamente por su algoritmo de “información relevante”. Así que buscan una herramienta más útil y más instantánea, como por ejemplo Whatsapp. Para más efectividad crean un grupo llamado “Maremoto 2015” y por ahí el celular se anegará porque todo el mundo empezará a compartir fotos, videos, mensajes de voz y uno que otro Padre Nuestro. Se incluye a la conversación todos los familiares y amigos que viven en la costa oeste de Estados Unidos y en Europa por la diferencia de horario. También recibiremos pila de llamadas por Whatsapp, siempre y cuando la persona que llame esté en una zona con WIFI, porque somos ahorrativos de nuestro plan de datos hasta el final, no vaya ser que nos quedemos sin data en medio del maremoto.
- Si tenemos el app de Periscope instalado en nuestro teléfono, nuestro móvil empezará a silbarnos tal cual perro de Pavlov para que veamos salivando el live streaming de todos nuestros amigos que tenemos en Twitter esperando la primera ola. Dependiendo de su geolocalización estaremos preguntándonos que tan “inteligentes” o “audaces” son. Nota: Hay extra puntos por Periscopear desde Güibia, doble puntos si llegas a meter al mar, triple si te moja la primera ola mientras estas transmitiendo en vivo.
- Instagram se desbordará de selfies artísticas y con un sinnúmero de filtros de personas en el Malecón. Si queremos fotos de alta definición, siempre podemos ir a Pinterest y poner “Maremoto” en la barra de búsqueda. Después podemos leer los comentarios de todos los fashionistas que critican todas las personas que salieron “juyendo” de sus casas usando chancletas con medias. “¡Peeeeero señooores! ¿Cómo es posible que usted se ponga eeeeeso?”
- LinkedIn se inundará de nuevas actualizaciones de validaciones de la aptitud. “Usar correctamente el Internet” (para validar información, como por ejemplo del maremoto). Los más “early adopters” estarán pendientes de todos los puestos nuevos de trabajo que se postearán por ahí dado la cantidad masiva de empleados que nunca volvieron a sus oficinas y puestos de trabajos (triste, pero cierto).
- Google+ (lo siento, ahí no habrá mucho… casi nada).
En fin, la gran pregunta es: ¿sería más fuerte la inteligencia colectiva o la neurosis colectiva? Culturalmente hablando, no me pregunten porqué las personas tienden más a compartir rápidamente una información antes de verificarla. Ya lo vimos con el Secretario de la OEA Luis Almagro y su famosa declaración “hay que fusionar Haití y la República Dominicana”. Lo más triste no fue que los medios publicaron erróneamente sus declaraciones, sino que se tomaron medidas gubernamentales basándose en estas publicaciones erradas. Gravísimo.
Yo personalmente creo en la gente. Creo que usaríamos la tecnología a nuestro favor, no en nuestra contra. Creo en la bondad de las personas, que si tenemos la oportunidad podemos informar oportunamente y correctamente para el beneficio de toda la ciudad.
Pero también creo que todavía nos falta mucho para empezar a remar todos para el mismo lado. Dicen por ahí que la unión hace la fuerza. Nuestra ciudad, nuestra comunidad corre el peligro de la división. Pero eso, es tema de otro post totalmente diferente.
-Ü
2 Comments
Pamely Hernández Pion
Jajajajajja me encantó Edgar, cuantos recuerdos me llegaron a la mente. Para tu consuelo te cuento que mi mamá tempoco nos despertó a mi hermano ni a mi, al otro día le reclame que hubiera pasado si de verdad entraba el mar. Te pido permiso para hablar de este tema en el programa para el día correspondiente. Claro que te daría el crédito y citaria la fuente de inspiración.
Edgar
Hola Pamely! Ja!! Uds. también pasaron el «maremoto» durmiendo? :op
Pamely, usa lo que quieras y cítame…. ¡por supuesto! Encantado de compartir contigo. =)
¡Gracias por comentar!