Habré pasado por más de una docena de puestos en mi vida. Algunas fueron entretenidas, unas fueron una reverenda lata y unas pocas realmente me hacían que me despertara por la mañana con deseos de ir a trabajar. He trabajado con muchas personas de diferentes personalidades y ya sé qué y quién funciona conmigo, y qué y quién no (que a veces saber eso es igual de importante también).

