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Y pensando de todo un poco como los locos, ya llegamos prácticamente a fin de año. Ahora en esta época, antes de la temporada navideña, las empresas aprovechan la coyuntura para despedir personal y hacer lo que una vez llamaron en una empresa donde me despidieron; “Spring Cleaning”, (la limpieza que se hace en primavera de botar todo lo viejo que no sirve que se acumuló durante el invierno, suena súper bonito, lo sé). Y lamentándolo mucho como me ha pasado a mí, llegar prácticamente a fin de año y encontrarte con la sorpresa de que… ¡boom! ¿Adivina qué? ¡No tienes trabajo! Es una experiencia espantosa. Así que me puse a escribir este post para preguntarte… ¿cuál ha sido tu peor despido?… ¿cuál ha sido el mejor? Te cuento mis experiencias más abajo…

Perder un empleo nunca será un momento grato, por eso creo que tener una estrategia de salida de empleados es tan o más importante que cualquier otro plan de recursos humanos en las empresas, y tengo los ejemplos para probar mi teoría.

“Las personas no renuncian a malos trabajos, renuncian a los malos jefes”

 

Nada más cierto, pero ¿qué pasa cuando renuncian a ti? ¿Podemos extrapolar esa lógica por parte del empleador? ¿Te despiden porque eres malo? ¿Tomabas mucho café? ¿Es porque la economía se fue a la basura? ¿O es simplemente porque tu jefe/jefa era un verdadero idiota bipolar?

Leí una vez que la persona promedio pasa por lo menos en 8-10 trabajos diferentes a lo largo de su carrera profesional. Para todas las personas que tienen 10,15, 20 años o más en su trabajo… pues me presento como un fiel ejemplo de la teoría de los 8-10 trabajos. Deja empezar entonces por una de mis experiencias de cómo no se debe despedir a una persona…

Mi peor despido

 

Mi experiencia viene de una sucursal dominicana de una multinacional norteamericana que vende productos para el cuidado de la casa, productos eléctricos y productos médicos. Más que un producto de la empresa en sí, creo que esta mala experiencia viene producto de la desorganización, falta de consideración hacía el prójimo y mal liderazgo.

No quiero sonar hater, aunque lo más seguro es que suene un poco así, pero la verdad es que esto pasó hace más de 12 años, así que etapa full superada aunque este momento se instaló en una neurona que no olvidará la frase que diré más adelante utilizada en el momento del despido.

Después de entrar como product manager junior de marketing para la categoría de “cuidado del hogar” y con el backstory de que la que estaba antes de mí, renunció porque “se hartó de todo” (sí, “de todo”, nada en específico), yo entré para ayudar a la Gerente de Marketing.

Para ser súper puntual, al entrar me dijeron “tienes que despedir a un mercaderista”. Siempre un placer despedir a alguien (nótese el tono sarcástico). Decidí darle un tiempo, hablar con todos primero y dejar en claro que la empresa estaba pensando reducir el número de mercaderistas y que todos deben estar mostrando su mejor disposición y su mejor trabajo. Pero me di cuenta al entrar que los mercaderistas andaban con los jeans rotos y los polo-shirts con hoyos porque eran del año pasado.

Así que me puse en contacto con proveedores para cotizar polos nuevas y se las dimos. Y sí, tuve que despedir al mercaderista más flojo y para sorpresa mía, la tomó con la mejor sicología posible. Yo le comenté que no fue decisión mía y que si puedo ayudarle, que me dijera como lo podía ayudar que haría lo que pueda.

Así que prueba superada. Con una gerencia ocupada, mentalmente alejada y sin muchas ganas de ayudar, empecé a hacer propuestas de mejoras que cayeron en oídos sordos. Mientras tanto me acercaba a mi equipo de mercaderistas (pues mucho de mi trabajo era en el trade) y los supervisaba de cerca por celular y también les caía en los supermercados de sorpresa para ver si estaban trabajando o barajando.

Mientras tanto, como eran las primeras semanas, traté de empaparme lo más que podía sobre el funcionamiento de la empresa. Incluso tuve que recibir al gerente de marketing para Latinoamérica que venía a la sucursal local no tanto para supervisar sino para ofrecer productos nuevos que estaban haciendo en la principal. O sea, no venía tanto a supervisar, sino a vender. Lo cual me parecía raro, pero en fin.

Pues pasan un par de semanas más y oh sorpresa, la gerente quería verme un viernes 5:30 pm. Yo pensaba que iba a darme algún feedback de algunas cosas que le envié (que no había obtenido respuesta), pero no. Empieza así (a grosso modo):

“Edgar, quería llamarte hoy pues te aviso que vamos a prescindir de tus servicios (hasta ahí vamos bien). La verdad es que no hemos funcionado como equipo (obviamente no, nunca estás) y para contarte la verdad estoy muy decepcionada con tu desempeño y creo que (y aquí viene…) “fue un error contratarte”.

Personalmente me encanta la franqueza. Pero creo que hay momentos y momentos. El diálogo anterior es un mega resumen de un monólogo de alrededor de unos 3 minutos que mi mente archivó de forma resumida. En ese momento solamente atiné a decir:

“Esto es una sorpresa, no vi venir esto. Yo pensaba que estaba haciendo un buen trabajo. Nunca me han hecho sentir tan mal en una empresa. Me gustaría irme así que si me puedes dar mi cheque te lo agradecería”.

Ah! Se me olvidó un detalle, ella no tenía el cheque listo, tuvo que llamar a contabilidad para ver si me lo podían dar ese día.

En fin. Caso cerrado. Sigo comprándole (a regañadientes eso sí) el bendito brillo verde para la cocina, porque el de la competencia es horrible. Incluso veo con orgullo un brillo de marca privada que ayudé a lanzar para una cadena de supermercados, (pero esa no la compro).  Hasta hace algún tiempo me encontraba repetidamente con uno de los mercaderistas del equipo cuando iba al supermercado y cuando nos veíamos incluso hasta de abrazo nos saludábamos. Le perdí el rastro obviamente ya hace algún tiempo, pero siempre me acuerdo de la buena onda de trabajo que tenía el equipo y lo cohesionado (que creo) que estaban cuando me fui.

Mi mejor despido

 

Suena raro. Lo sé. Pero como dijo el Gerente de Mercadeo de esta empresa, “es siempre preferible enviar a la calle un amigo que un enemigo”. Para un chin de backstory, estamos en el 2003. El gobierno de turno nos mandó el dólar a las nubes, la producción eléctrica en el suelo (dónde dormía yo de noche hasta que compramos un inversor para soportar el calor de noche), el periódico estaba lleno de magníficas declaraciones del presidente que supuestamente eran chistosas (lo siento, pero el mal dormido no piensa… para mí no eran para nada jocosas) y lo peor de todo es que no se veía algún plan para solucionar el “reperpero” económico que se soltó desde el cambio de gobierno. Los dominicanos éramos pioneros entonces, teníamos nuestro propio “Trump”.

En resumen, en esta empresa multinacional (esta sí era una mega multinacional) nuestra labor mercadológica se redujo simplemente al informe de estadísticas de venta y volúmenes de producto colocado en el mercado dominicano. Y gracias al magnífico plan económico nacional, empezamos a ver que las personas usaban menos producto todos los días. O sea, se cepillaban menos los dientes (mi teoría es que de 3 veces al día, estaban en 2… y cuidado si no tomaban la mitad de pasta dental y lo dividían en la cepillada matinal y otra al final del día.

Recuerdo en nuestras visitas a los colmados, la cara de los colmaderos cuando preguntaba cómo iba la venta de las pastas dentales… Era de horror, superado un poco cuando le preguntaba sobre el consumo de cerveza donde me decían “ha bajado bastante”. Imagínate el consumo de pasta dental entonces. En ese entonces, nuestro equipo trabajaba muchísimo. Largas horas, incluso un par de sábados. Eran momentos difíciles, así que había que sacrificarse para sacar las cosas adelante.

Un día en la oficina, un viernes (otra vez el viernes), había un ambiente lúgubre, silencioso y de caras poco amables. Algo me decía que algo venía por ahí y cuando me sonó el teléfono y el gerente de Marketing me llamó a su oficina (lo que nunca pasaba), ahí mismo lo supe y miré a mi compañera de cubículo (entramos el mismo día a la empresa) y le dije “Voy dónde “fulano”, voy a que me cancelen y vuelvo”.

“¡Ay Edgar!”, me respondió. “Ni en broma”.

El joven gerente de Marketing, un confeso ex-metalero convertido a la vida corporativa, de muy buen humor y siempre con una sonrisa en la cara me hizo sentarme en su oficina y empezó así:

“Edgar, tú sabes que las ventas están por los suelos. Tú has visto los números. Eso implica que nosotros como empresa debemos hacer recortes económicos y aunque no queremos, tenemos que prescindir de ti. Hemos hablado con Recursos Humanos para ver dónde podemos reubicarte pues desde Casa Matriz nos obligan a reducir el Head Count en Marketing. La mala noticia es que RRHH no tiene dónde colocarte. Pensábamos que podías trabajar en el depto. de RRHH pero ellos no pueden acogerte porque están llenos. Lo sentimos mucho”.

“Queremos como empresa agradecerte tu entrega y tu tiempo. Sé que los días han sido largos y que has trabajado mucho y nosotros como empresa a todas las personas que estamos despidiendo hoy, (porque habían más personas en diferentes departamentos) les estamos pagando un seminario de dos días en un hotel de Santo Domingo con un experto en redacción de curriculums vitae y de reinserción laboral. Queremos que tomes el seminario. Es todo el día por dos días, no tienes que preocuparte de nada pues hasta comida te darán”.

Wow. Me quedé sin palabras. Lo primero (y elijo creerles) es que trataron de recolocarme dentro de la empresa. Eso significa que ellos apreciaban mi trabajo y que esta maldita recesión económica era la culpable de que algunas personas (incluyéndome a mi) se quedaran sin trabajo ese día. Pues con el “moco pa´bajo” repartí abrazos en el departamento y con la típica cajita de película gringa metí todo lo mío y salí para mi casa. Era un viernes, a las 11 am.

¿Qué me llevo de todo esto? Quiero escribir esto para que cualquier encargado de personal, recursos humanos o simplemente cualquier persona estén pendientes de que un plan de salida de empleados es tan importante como tener uno de entrada. El hecho de que a estas alturas del año haya empresas haciendo recortes de presupuestos y haciendo la lista de despido… quiero que piensen en una cosa muy importante:

“Es preferible enviar a la calle un amigo que un enemigo”. Eso me quedó en el cerebro y creo que para siempre. Y lo bueno es que es aplicable para cualquier situación. Siempre es bueno tratar a las personas con respeto, humildad y con educación.

Para el mercado dominicano y me imagino que a muchos países latinos les pasa lo mismo, la plaza laboral es cada vez más pequeña. Hay muchos egresados y menos puestos de trabajo. Lo que implica que los sueldos están cada día menos competitivos. Por eso el hecho de encontrar tu verdadera pasión es tan importante hoy en día. Esto puede traducirse en que empieces tu propio start-up (emprendimiento) o que simplemente empieces a trabajar en un proyecto paralelo informal que produzca un ingreso adicional que mañana bien puede convertirse en un perfecto “Plan A”.

Yo a modo personal, agradezco a todas las personas que han cruzado mi camino hasta el momento. Agradezco a las personas consideradas y respetuosas, pero agradezco de forma especial a quienes no lo han sido. Porque me han hecho crecer, aprender y madurar. Creo que eso es la clave para que un buen profesional se desempeñe con éxito a largo plazo. El hecho de que pueda aprender de lo vivido y aplicar esas enseñanzas en el futuro.

¿Y en tu caso? ¿Cuál ha sido tu peor despido? ¿Cuál fue el mejor? Deja tu comentario abajo.

Un súper abrazo para todos.

 

 

Nota: He cambiado la imagen original de Trump por un arte con letras porque he confirmado mi teoría de que Donald es un verdadero matapasiones y estaba asustando y haciendo bullying fotográfico y no dejaba las personas pasar a leer el post. =)

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13 Comments

  • Alex
    Posted octubre 22, 2017 at 10:06 pm 0Likes

    Edgar,

    En cuanto al trato personal no he tenido un peor o mejor despido, pero me pasó una vez que en una empresa despidieron todo el departamento que yo lideraba. Éramos solo 3 empleados y 2 outsourcing, pero quedó en el aire la impresión de que estábamos a haciendo algo ilegal o inmoral.

    Suerte que el tiempo deja a todos en su lugar y obviamente luego se dieron cuenta que habían unos intereses oscuros en “asignar” proveedores para ciertos servicios claves que manejaba mi departamento.

    • Edgar
      Posted octubre 22, 2017 at 10:08 pm 0Likes

      Gracias por comentar Alex, seguramente una situación bien difícil! Y que bueno lo que dijiste «suerte que el tiempo deja a todos en su lugar»…

  • Ligia Ferreras
    Posted octubre 23, 2017 at 3:30 pm 0Likes

    Hola Edgar!

    Muy buen articulo!

    Mi más reciente experiencia fue hace 3 años. Fue un coctel de sentimientos; la agencia perdió un importante cliente, yo regresaba de licencia de maternidad y todos en la oficina ya sabían que se estaba considerando mi despido.

    Aun así; utilizaron palabras apropiadas, mostrando respeto, valorando mi crecimiento en la empresa y diciendo que intentaron no llegar al punto final (según ellos). 2 días antes me había llevado todas mis tazas, fotos, revistas, esas cosas materiales que se suele almacenar en las oficinas. Ese día me despedí de todos con amor y les dí las gracias por lo mucho y lo poco.

    Un abrazo.

    • Edgar
      Posted octubre 24, 2017 at 10:49 am 0Likes

      Ligia! Gracias por pasar y comentar =) Es cierto. En estos momentos (que deben existir) aprendemos y crecemos como personas. Te mando un súper abrazo!

  • Erick William
    Posted octubre 23, 2017 at 6:39 pm 0Likes

    Yo tuve un peor y mejor despido a la vez, mejor porque lo sabia desde antes me lo habían «anunciado» y por las consideraciones que me dieron luego de mi salida en cuanto a mantener por unos meses cierto beneficios. Pero se convirtió en peor cuando me enteré de que mi despido no era por el motivo que me habían dicho (reducción de personal por poco presupuesto) pues estaban planeando sacarme antes por chismes y «serruchada de palo» que me hicieron y porque el supervisor no era sincero como se había vendido todo el tiempo entonces aprovechó la coyuntura de que se haría una reducción de personal y simplemente me deshaució. Una vez lo vi y quise descargarme pero lo pensé mejor y solo saludé y perdoné.

    • Edgar
      Posted octubre 24, 2017 at 10:50 am 0Likes

      «solo saludé y perdoné»

      Eso fue un gran favor que te hiciste. =) Admirable. Grande Erick! Gracias por pasar y comentar. Esta es tu casa =)

  • Fidel Jeldes
    Posted octubre 24, 2017 at 10:31 am 0Likes

    Excelente tema:
    Nos ha tocado esos momentos un viernes a las 5 p.m, 28/07/2000 (ESACOMP-DATOCENTRO). Cuando te llaman del despacho del Big Cheese (Gran Kajuna). Te ofrece café o un Té (Algo para ponerte mas relajado antes de cortarte el cuello). Y te dicen que las ventas no están bien, que te darán una buena carta de recomendación y siempre tendrá una mano amiga. (Lo cual agradecí por la franqueza). Y que al día siguiente tendrás tu cheque con todas tus prestaciones. Hay una frase que mi madre nos comentaba: «Sentirse preparado es poder». Todos los entrenamientos asistía y participaba con nuevas ideas. Siempre es bueno arengar al team. Kick off (Rafael Azkolain ) Tranquilamente, contacte a nuestro oficial de seguridad para entregarle mi gafete, password de seguridad que fue cambiando y entregado en custodia. Espere recogí calladamente mi estación, removiendo todos mis files personales y preservando lo de la empresa. (Siempre digo salir por la puerta grande). A partir de ese momento, es como un renacimiento. A la semana, mis colegas, comenzaron a referirme a proyectos de tecnología que requería mi expertise. Creo en el Networking del bueno y tengo una frase: «Cuando Fidel come bizcocho todo el mundo come bizcocho». Siempre agradecí al Don, por la forma tan profesional de despedirme.

    • Edgar
      Posted octubre 24, 2017 at 10:48 am 0Likes

      «A partir de ese momento, es como un renacimiento.» Y me consta.. ¡yo también he comido bizcocho! Un abrazo chief!

  • Yisel Mercado
    Posted octubre 24, 2017 at 11:28 am 0Likes

    Mi peor despido
    En una empresa del sector construcción para la cual trabajé con pasión y entrega aún en condiciones poco agradables, y hasta llegué a rechazar mejores ofertas, por lealtad a esa empresa (pendeja yo, lo se…). Y la salida fue simplemente por negarme a ser un títere de los super líderes (en el sentido inverso), que tienen en esa empresa, donde todos querían ser jefes, y RR HH «bien gracias» Fue la peor experiencia que tuve, nunca hubo programa de capacitación y desarrollo, evaluación de desempeño ni nada parecido. Ahí brilla quien le lambe el c… Al jefe, le celebra los chistes y le lleva chismes. «Definitivamente yo no fui formada para ser tumba polvo de nadie».

    Mejor despido
    Producto de una baja en el proceso de producción, en una manufactura de calzados, mi salida fue justicada, estaba acostumbrada a ciertas comodidades y no me hiba a adaptar a la reducción brusca de presupuesto (era como dar un paso atrás), renuncié y me pagaron mis prestaciones, incluso el preaviso me lo pagaron doble porque tuve que ir varias veces a resolver cosas. Dulce despedida del ex boss, con un beso y abrazo. Eternamente mi respeto para ese Caballero.

    Edgar gracias por compartir este artículo, en verdad la mayor parte de las personas que son desvinculadas de sus trabajos lo hacen con un dolor en el corazón, que los marca de por vida. Es importante que aprendamos a reconocer el valor de quienes somos como seres espirituales y como profesionales, a actuar desde el desapego a las cosas terrenales. Aprender de todo y seguir adelante, pero sobre todo, a que estas experiencias nos hagan cada vez más sensibles por el factor humano para evitar maltratarlos de forma alguna.
    También es super importante reconocer que en este tipo de situación hay siempre una responsabilidad compartida, por lo que asumir lo que nos compete y sanarlo antes de pasar al siguiente nivel nos dará grandes recopensas. Que se queden en nuestro corazón los mejores momentos y las buenas personas. Lo demás lo tiramos a la basura. ? ? ? ?
    «Mejores cosas vendrán». ♥♥ Te mando mucha energía positiva.

    • Edgar
      Posted octubre 24, 2017 at 11:47 am 0Likes

      ¡Me has recargado las pilas con pura buena onda con tu tremendo comentario Yisel! De eso se trata todo, quedarse con los buenos momentos y las buenas personas. Hay demasiado caos afuera para estar colaborando con más mala onda.

      Mejores cosas vendrán.

      Definitivamente. ¡Para todos!

  • Sonia Raquel
    Posted octubre 25, 2017 at 2:50 pm 0Likes

    Hola,
    Mi área de gestión es precisamente Gestión Humana y aunque no he tenido la experiencia todavía (ojo, porque nadie está exento de vivirlo a menos que sea dueño de una empresa) desde la silla de quien sale, si tengo una vasta experiencia sosteniendo conversaciones y participando en procesos de desvinculación de colaboradores.
    Pienso igual que Edgar, y aunque en ocasiones por el rol me ha tocado algunos casos en los que yo misma no me sienta orgullosa de cómo lo he manejado, en la mayoría lucho por manejar el caso de una manera digna para aquella persona que está recibiendo la información. En más de 25 años de ejercicio en el área son muchas las personas que he sentado y a quienes he llamado para tratar la finalización de su contrato. Cuando me he encontrado con muchas de estas personas en las calles, siento tranquilidad y afecto al saludarnos, eso vale más que cualquier otra cosa, igual que esas personas puedan seguir, encontrar el lugar donde pueda desempeñarse.
    “La tierra es redonda y circunstancialmente estamos en una posición”, recordar esto nos hará ver que tambien somos vulnerables y que esto puede cambiar, además de poner en práctica un principio que nos dio nuestro creador y está registrado en Mateo 7:12 que dice: “ Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la Ley y los Profetas”, si lo ponemos en práctica seguro que tendremos conversaciones adecuadas que no derrumben a quien es desvinculado de la organización, que le permita reanudar su viaje con la seguridad de que en otra plaza puede encajar y seguir adelante.

    • Edgar
      Posted octubre 25, 2017 at 3:02 pm 0Likes

      Exactamente Sonia =) como tu dices. «Cuando me he encontrado con muchas de estas personas en las calles, siento tranquilidad y afecto al saludarnos, eso vale más que cualquier otra cosa».

      Esa tranquilidad y paz. Gracias por pasar y comentar. Esta es tu casa =)

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