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Una persona súper cercana me envía lo siguiente por Whatsapp: “Familia me está comentado mi amiga Mariela de Vargas, que llegó un cargamento de arroz y que no pasó las normas de Sanidad porque trae un virus que sólo se ve en Pakistán. El arroz es de allá y el árabe pago y soborno para que le sacaran la mercancía y ya la distribuyeron a la colectividad. El arroz se llama «Dana» y el empaque es azul y dice hecho en Pakistán. Que por favor no lo vayan a comprar está muy contaminado”. Yo le pregunto si ella conoce a la Mariela de Vargas, ella me responde “no la conozco”. Entonces, ¿por qué reenvías este mensaje? “Por si acaso”, me responde. La verdad es que si antes había que no creer todo lo que uno escuchaba, hoy si es que hay que dividir todo por 4 antes de empezar a creer. Lo que pasa es que no se puede creer todo lo que lees o puedas ver por Internet. Empezando por el tráfico y los fans de ciertas marcas.

En cuanto yo empiezo a hablar sobre Redes Sociales, los clientes me preguntan si tengo una Fanpage de Facebook o un blog. Yo sé perfectamente cuál es la próxima pregunta.

-“¿Cuántos seguidores tienes?”

-“En este momento unos 1.400 en Instagram y unos 700 en Facebook.”

-“Ahhh, ¿pero muy poquitos eh?”

-“Sí, son pocos pero buenos y reales.” =)

Mucho he oído y leído sobre métricas de vanidad como “cuantos fans tengo” y cosas así. La verdad es que cuando empezamos a trabajar con Tuangou, nuestra competencia más cercana y directa se dedicó un año a regalar fines de semana (que lo más seguro consiguió por intercambio) todas las semanas. Empezaban un concurso el lunes y anunciaba el ganador el viernes. Y el próximo lunes empezaban otro concurso. De hecho, la página de ellos tenían comentarios como “¿cuándo es el próximo concurso?” en vez de “¿cómo compro esta oferta?” (Estábamos en la industria cuponera digital… tipo Groupon).

Al final nosotros teníamos 20 mil seguidores en Facebook, y ellos tenían 100 mil. Excelente, genial me parecía. Lo único malo es que los que dejaban comentarios eran exactamente los mismos clientes que nos dejaban comentarios a nosotros. Es más, nosotros no teníamos un comentario que ellos tenían con mucha frecuencia que era.

“¿Oye y cuando van a hacer otro concurso?” Se habían convertido en unos expertos en hacer concursos semanalmente en vez de concentrarse a vender ofertas. ¿Porque hacían esto? Para conseguir miles y miles de personas como fan. Pero esos fans realmente no estaban ahí para ni comentar, compartir ni mucho menos comprar. Estaban por los concursos. O sea, no eran el mercado meta.

Ahora, en Internet puedes comprar desde una computadora, un celular, libros, tráfico para tu blog, tráfico y comentarios para tus videos en YouTube, seguidores para Facebook, Instagram y otras redes sociales (lo cual trajo muchos problemas para una que otra marca que empezó a hacer concursos de “likes” o de atraer seguidores hace unos años). Muchas personas a veces escogen este tipo de “estrategia” para que cuando empiecen a hacer ruido a nivel local, las páginas no se vean tan “desnudas”.

Y eso es un terrible error.

Ahora, no quiero decir que comprar tráfico es una mala idea. Hay momento cuando vale la pena comprar tráfico. Pero son súper puntuales. Pero nunca, he recomendado la compra de likes, seguidores ni mucho menos comentarios.

Es que el usuario no es tonto. Él sabe perfectamente que todos esos seguidores de Nueva Delhi que tienes porque compraste usuarios y no porque eres un hit en la India. Pero se ha hecho toda una industria súper lucrativa el hecho de comprar usuarios y de hecho el concepto de “Granja de likes” ahora es todo un nicho de mercado floreciente.

Si pones “comprar fans para Facebook” es muy probable que recibas unos resultados así:

 

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Aquí los resultados de las empresas que ofrecen comprar fans para facebook
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Aquí unos precios de referencia para la compra de «Me gustas»

 

Por unos 39 Euros (o unos 44 dólares) podemos empezar a enviar fans a nuestras redes sociales. y no deja de ser un negocio lucrativo. Para los negocios que manejan hasta 20 mil perfiles falso, pueden hacer hasta 800 dólares al día vendiendo y revendiendo los mismos perfiles.

YouTube no se salva, se pueden conseguir 5.000 reproducciones por 25 dólares. Para enviar tráfico para una página web, se ofrecen 10,000 visitas por unos 80 dólares. Los apps tampoco se salvan,  para la valoración de una aplicación en Google Play, se venden 1,000 instalaciones con comentarios y valoración positiva por menos de unos 200 euros

El algoritmo SEO de Google para el 2017 está empezando a factorizar las Redes Sociales, crecimiento de redes, el contexto de los mensajes y comentarios como también la velocidad de respuesta que podamos tener. Por ende, nos están obligando a mantener una interacción con las personas que nos siguen por estas plataformas. Por eso es que la compra de seguidores y de comentarios y tráfico hasta el momento persiste.

¿Por qué no debes de comprar fans, likes, tráfico o lo que sea como un elemento de tu estrategia de Marketing Digital?

  1. Cero interacción por parte de los comprados. Ellos son como el mono del chiste ese. El mono no habla, no llama, no escribe no nada. Estos monos no hablan, no comentan, no preguntan, no hacen nada, solo hacen bulto.  Google quiere interacción, no números para su algoritmo de SEO.
  2. Tu puntuación de indexación puede bajar. Si Google ve que estás comprando en vez de trabajar orgánicamente, es muy posible que seas castigado empeorando tu actual indexación.
  3. Tu fans se darán cuenta. El hecho de que tengas robots como fans, tarde o temprano (más temprano que tarde) que tu competencia y las personas que te siguen orgánicamente se den cuenta. Serás el chisme del día pues no tienes la suficiente confianza (ni estrategia digital para poder «bancárte» fans orgánicos). «Si así «tratan» sus redes, imagínate cómo tratan sus clientes.»
  4. Al final, será como tirar la plata. Si es que no te has dado cuenta, construir relaciones toma tiempo y si es sobre la base de la verdad, pues la probabilidad de que sean duraderas aumentan. «Mintiendo» desde un principio sobre la cantidad de personas que te siguen es empezar con mal pie una relación digital.

Al final, siempre es una buena idea empezar de cero a construir tu propia tribu digital.

 

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