Influencer: Actualmente utilizada para referirse a la (o las) personas contratadas para hacer “influencia” en Redes Sociales. Incluye: fotos muuuy casuales con un “sutil” product placement, fotos con pico (o labios para nuestro lectores chilenos) de pato, hashtags como #graciasalavida, #bendecidayafortunada, cientos de productos (celulares, tragos, comida, maquillaje, ropa, viajes, experiencias) gratis para probar y promocionar; fotos en lugares lujosos como yates en la mitad del Mediterráneo y que todo lo que pueda implicar monetizar el hecho de que su vida es (o al parecer es) mucho mejor que la tuya o la mía. En pocas palabras, como diría Gaby Castellanos, una Kim Kardashian wannabe. En su conferencia “La Influencia: Vloggers, YouTubers, Influencers y otras especies digitales” ella agarró esta percepción de definición de buena y válida y como Dexter lo agarró y empezó a cortarlo pedacito a pedacito hasta llegar al hueso del asunto…
A mí me pasó muchísimo cuando trabajaba para el Citibank en Santiago, Chile en el 1996. Y cualquier persona que haya atendido clientes va a entender lo que significa la siguiente frase. “Yo te pago el sueldo, yo tengo la razón, ¿ves?”. Normalmente va acompañado con una mirada de ¿entendiste? y un movimiento de cabeza que implica “mueve el culo y apúrate esclavo”. En un mundo donde hay tanto hincapié en ser líder, único y original complementando este hecho con la frase de “el cliente siempre tiene la razón”, nos encontramos en un mundo donde las personas no saben pedir las cosas y donde hay personas patudas que se toman atribuciones de más (¿pero esos siempre han existido cierto?… siempre hay un desubicado suelto). En cuanto mezclas esta situación con el poder de las Redes Sociales, tienes la fórmula para un cóctel Molotov Digital que te puede dejar más saltón que pulga con hipo, como pasó en el caso que explicaré más abajo…
8:00 A.M. Domingo 8 de octubre del 2017: La Pao despertó hoy viendo su Instagram. Videos y fotos del concierto de U2 – Joshua Tree Tour 2017 anoche en El Campín en Bogotá. La primera vez que U2 va a Colombia. Seguro no será la última. Yo estoy en deuda con U2. Dos semanas antes del Lemon Tour 1998 en Santiago Chile, me mudé a Santo Domingo. Aunque me quedé con las ganas de verlos en ese entonces, mirando hacia atrás, no me arrepiento de retrasar esa experiencia. Pao me muestra fotos y videos geo-etiquetados del Campín en Instagram. Entre ellas, esta foto:
El viaje a Bogotá estuvo genial. Puntos para Avianca. Llegamos a tiempo aunque salimos retrasados y la organización del evento INVESTIGACTION 2017 estuvo impecable. Nos recogieron en El Dorado los chicos del Radisson y de una al hotel. El frio de Bogotá es exquisito cuando sales de Santo Domingo en Agosto. Esos 15 grados Celsius caen muuuy bien.
Cuando Kay Valenzuela se me acercó (vía Fidel Jeldes) a invitarme al EDI – Customer Experience Exchange 2017, acepté de una vez. Conversé con ella por teléfono y quedé absolutamente encantado con el proyecto. Prometí participar con una charla y así nació “La experiencia del cliente digital” que se los resumo brevemente más abajo =)
Lo leí en Semana.com (Colombia) y si es que no ha llegado a República Dominicana ya es que viene en camino. Es lo nuevo en tretas digitales para joderte la existencia. Se llama Chat Spoofing (Chat Engañoso). Es crear una conversación falsa en un chat como Whatsapp para solicitar dinero vía un chantaje sobre una situación imaginaria. Me explico…
He visto como de pronto ha empezado un cierto “boom” de muchas personas queriendo estar en Redes Sociales. Solo falta abrir el Instagram en épocas como Semana Santa donde hay alcohol para bañar burros y yeguas y de pronto te encuentras con un anuncio de algo o de alguien que te hace decir “¿qué estaba pensando este tipo en promocionar ese post?” El ejemplo del tipo (que después supe que era un cantante de mariachis local) promocionando su post con torso semidesnudo deseando a todas sus fans un feliz Viernes Santo. Cuando fui a su cuenta (sí, porque tuve que ir a su cuenta, me di cuenta que tenía unos 300 seguidores). Y aunque el tamaño no es “taaaan” importante en Redes Sociales, lo que si es que no le vi el contexto de la publicidad. Obvio, porque yo no era el mercado. Por eso menciono el alcohol, de pronto los tragos de más le hizo parecer una buena idea el hecho de hacerle caso al botoncito que te ponen debajo de tu post que dice “promocionar”.
Oye, la vida sí se ha complicado. Ahora de viejo hay que pensar en seguro de vida, y si eres ya muy proactivo, arreglos tipo “últimos gastos”. Suena tétrico pero es cierto. De hecho, las empresas que ofrecen esos tipos de coberturas te invitan por teléfono para que vayas a un cóctel donde amablemente un desconocido, que visiblemente trabaja por comisión, te hablará en tu cara de tus últimas horas en la tierra y la buena idea de invertir en un pedazo de tierra para que toda tu familia te visite siempre (lo cual casi nunca pasa). Así que siguiendo con el tema de los periódicos que no circulan los domingos por “cultura digital de los consumidores” (mentira, es que no tienen pauta), al parecer las redes sociales están ofreciendo soluciones para que tú puedas vivir para siempre. Siempre presente, siempre digital, incluso puedes designar un “Community Manager Post Mortem” (hey, ahí hay un negocio en potencia). Y dice así: